ATOM, una nueva forma de estudiar matemáticas
¿Sabías que los números pueden ser divertidos, malhumorados o traviesos? Esta es una de las cosas que el proyecto ATOM del IES Alonso de Madrigal y sus socios rumanos, búlgaros, holandeses, italianos y griegos cuenta a sus participantes. Bajo un enfoque multidisciplinar, los chicos y chicas han descubierto cómo las matemáticas están más presentes en sus vidas de lo que imaginaban.
Gracias a una buena planificación y a la estrecha colaboración entre los profesores de los distintos países participantes, ATOM ha planteado una gran variedad de ejercicios relacionados con esta disciplina de Ciencias. Las matemáticas han escapado de los libros para acercarse a la poesía, al arte o la cocina. El resultado es sorprendente. Una pizza o unos espaguetis pasan a convertirse en ingredientes con los que confeccionar los acertijos matemáticos. Un ejemplo, calcular el área de un rectángulo a partir de 400 gramos de esta deliciosa pasta.
El proyecto destaca, no sólo por la variedad de herramientas empleadas, sino también por incluirlas durante todo el proceso de trabajo de una forma creativa. Por ejemplo, los alumnos se dan a conocer con personajes interactivos y películas creadas con aplicaciones como VOKI. Con estas animaciones virtuales descubren a sus socios su edad, aficiones... etc. de una manera muy vistosa.
En ATOM los estudiantes, de entre 12 y 16 años, buscan activamente información para así descubrir cosas, como que el rectángulo áureo es la forma geométrica que los antiguos griegos más apreciaban. Pero lo más destacable del proyecto llega con los dilemas matemáticos que los alumnos de un país plantean a sus socios. El resultado, un trabajo donde la colaboración está presente en todo momento como lo están las TIC, al registrar el esfuerzo de los alumnos en vídeos y galerías de imágenes que cuelgan en el TwinSpace. De este modo, las nuevas tecnologías y las matemáticas consiguen introducirse de manera natural en el proceso de aprendizaje de los estudiantes.
El intercambio cultural surge de manera casi espontánea. Pero, en este caso, con ATOM se da un paso más. Las matemáticas se introducen en las tradiciones, recetas y relatos que los paticipantes comparten. No sólo se estrechan lazos, sino que unos y otros aprenden de sus socios. Puzzles, rompecabezas y un sinfín de divertidas actividades redondean esta iniciativa para que los chicos y chicas se enganchen a las matemáticas.
Fuente imagen superior: imagen editada Banco de Recursos del ITE.
