Documentos 1.d: ¿TIC o TICCC?

De eTwinning

¿TIC o TICCC?

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El término TIC como acrónimo de Tecnologías de la Información y la Comunicación se ha generalizado hasta el punto de que pocas veces resulta necesario explicar su significado. Sin embargo, todo el conjunto de tecnologías al que se refiere ha sufrido un cambio espectacular en poco tiempo. El desarrollo en equipos y aplicaciones, los aumentos en los anchos de banda disponibles, las posibilidades de conexión a Internet prácticamente desde cualquier lugar han creado un mundo electrónico de una complejidad difícilmente imaginable hace unos años, complejidad que aún tenemos que aprender a explotar en todas sus facetas.

En efecto, las páginas web “clásicas”, blogs, wikis, programas de correo electrónico, foros, etc… son –evidentemente- tecnologías, fuentes de información y medios de comunicación con otros. Pero hay más. También podemos actuar sobre la información a la que accedemos, comentándola, modificándola o completándola (Web 2.0); y podemos estar al día de cuando esa misma información ha sido actualizada o editada por otros, así como encontrar fácilmente otra información que nos interese (Web semántica o 3.0).

Así, los términos “Información” y “Comunicación” ya no bastan para describir todas las posibilidades que nos ofrecen esas tecnologías. Ni siquiera la palabra “Tecnología” parece ser suficiente, ya que todos estos cambios también están provocando nuevos comportamientos sociales y formas de relacionarse e interactuar con otras personas. Por eso, durante un par de párrafos (y sin tomar el nuevo acrónimo en serio, por favor), ampliemos el término y veamos qué nos sugiere la palabra TICCC.

¿Comunicación, Creación, Compartir?

Estos tres conceptos parecen ser los primeros en los que pensamos cuando queremos usar las TICCC en el aula. En primer lugar, nos comunicamos con nuestros socios, establecemos los objetivos y el plan de acción comunes y decidimos llevarlos a la práctica. A continuación, cada parte realiza sus tareas, es decir, crea los materiales que se han previsto en el plan. Finalmente, los resultados se comparten o intercambian entre todos los participantes.

Esta acepción de TICCC es bastante correcta y, de hecho, se refleja en muchos proyectos eTwinning. Sin embargo, no aprovecha todas las posibilidades que tenemos a nuestra disposición. En esencia, es una forma de trabajo que infrautiliza gran parte de las herramientas. El contacto entre los participantes se produce al principio y al final, pero se interrumpe en mitad del proceso. Una parte fundamental, la creación, no sólo se desarrolla por separado, sino que ocurre de forma que resulta inaccesible para los socios. Sólo podemos ver el resultado final de nuestros compañeros, pero no observar (y menos participar) en el proceso de creación. En este sentido, incluso un correo electrónico, aunque llegue inmediatamente, es un producto que se envía ya terminado.


¿Comunicación, Colaboración, Creación?

Probablemente, pensar en las TICCC en estos términos sea una forma más productiva de abordar el uso de las tecnologías en la práctica docente. La comunicación sigue apareciendo en primer lugar; si entre los socios no hay entendimiento, si no se establecen objetivos y formas de trabajo comunes, difícilmente podremos seguir avanzando en nuestro proyecto.

Sin embargo, en segundo lugar aparece la idea de colaboración, seguida –y esto resulta un aspecto fundamental- de la creación. Todas las posibilidades que las tecnologías nos ofrecen encuentran ahora un lugar en esta forma de organizar el trabajo. Si hablamos de proyectos eTwinning, estamos hablando de que los alumnos de los distintos centros creen productos comunes, que interactúen con sus socios no sólo en la lectura o análisis de los resultados, sino también en la elaboración de los mismos. Actualmente, podemos subir un texto a Internet para que otros lo editen o completen, compartir y editar elementos multimedia, mantener discusiones entre varios participantes… Los equipos, programas y anchos de banda disponibles son más que suficientes para todo esto.

A partir de aquí, el límite es nuestra imaginación: podemos organizar a nuestros alumnos en grupos de nacionalidades mezcladas para que creen documentos comunes (presentaciones de diapositivas, textos, multimedia...); podemos hacer que un grupo recopile información en bruto sobre algún tema (por ejemplo, sobre su ciudad o la de sus socios) y que otro grupo elabore el documento a partir de esa información, etc.

Esencialmente, hacemos las tareas que podíamos hacer en el epígrafe anterior, pero con algunas diferencias fundamentales: ahora esas tareas se hacen a través de las TICCC, y no fuera de ellas; además, los participantes de distintas nacionalidades tienen que comunicarse y negociar entre ellos para crear un producto conjunto. Con la acepción anterior, entrábamos en contacto con los productos de nuestros socios. Ahora, entramos en contacto e interactuamos directamente con nuestros socios.

En resumen, mientras que la “T” y la “I” nos siguen refiriendo a la tecnología y a la información, la “C” ha aumentado considerablemente sus posibles significados: comunicar, colaborar, crear, compartir, (inter)cambiar, comportarse… Eso sí, por comodidad y mientras a nadie se le ocurra algo mejor, sigamos hablando de TIC (con una “C”).


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